FD

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martes, 10 de enero de 2017


Date un chance
Segunda entrega
Decía en la primera parte que escribieras tu sueño y se lo mostraras a la persona que te ama y cree en ti, y que si esa persona que te ama y cree en ti está de acuerdo y te dice que lo puedes lograr entonces ese sueño no sirve para nada.

Déjame ponerlo en perspectiva.
Supongamos que te quiero contratar para limpiar la avenida más grande de tu Estado o de la localidad donde vives. ¿Cuál sería la pregunta más importante? Por supuesto ¿Cuánto me vas a pagar? Imaginemos que te digo 20 dólares. De seguro no aceptarías pues fácilmente se puede ver que el esfuerzo sobrepasa la recompensa.

Pero ¿qué pasa cuando los límites estás difusos? Como por ejemplo cuando el esfuerzo es mucho pero la paga es relativamente buena. Entonces la necesidad en este caso económica, se mezcla con los sentimientos y puede hacer que tomemos una mala decisión.

Eso es común que pase en el plano romántico con los jóvenes que están ociosos y sin planificación, su necesidad de búsqueda de afecto familiar se une a la necesidad sexual y pueden ser atraídos por una pareja y seducidos por sus deseos a tomar una mala decisión.

Entonces si te digo te voy a pagar 1000 dólares y a eso permites que se sume tu necesidad económica y tus sentimientos de frustración podrías ser seducido a tomar una responsabilidad que no podrás cumplir luego. Pronto te encontraras trabajando en algo que no te gusta por una mala paga o en su defecto con una buena paga pero que solo cubre tu necesidad económica pero que para nada hace que tu vida sea fantástica.

Ahora que pasaría si te digo, te voy a pagar 2 millones de dólares, pero le pongo un límite de tiempo a la tarea asignada. De seguro lo pensarías un poco, buscarías la forma de lograrlo, contratarías personal y te dedicarías a la tarea contratada, no importa el sol, la lluvia, los contratiempos pues el premio sobrepasa por mucho el esfuerzo. No importa todo lo que tengas que padecer pues El sueño debe ser algo por lo que valga la pena morir, pues si no vale la pena morir por ello, no vale la pena vivir por ello.

Una historia muy conocida y repetida es aquella en donde se contrata a una persona para un trabajo de remodelación o reparación de la casa. Le preguntamos ¿Cuánto va a cobrar por este trabajo? La persona señala una cantidad, pero el dueño de la casa siempre regatea un poco, hasta que el trabajador acepta el trabajo con una paga inferior a la que merece. ¿Tarde o temprano cual va a ser el desenlace? Que el trabajador abandonará el trabajo, dejándolo a medio hacer y habiendo cobrado una parte del mismo.

Amigo, si te embarcas en un proyecto de vida mediocre tarde o temprano lo abandonaras, o en el mejor de los casos te encontraras trabajando por dinero y no por pasión, te encontraras trabajando en el sueño de otro y no en el tuyo.

Los motivadores que usaron nuestros padres para que estudiáramos no eran los más adecuados, pues siempre giraban hacia la motivación económica, “estudie para que sea alguien”, pero con el paso del tiempo hemos descubierto que esto no es verdad pues una persona es alguien aunque no haya estudiado, pues el carácter de persona no lo dan los estudios sino el espíritu que Dios puso en ser humano, el cual no puso en los animales, esto nos distingue de ellos.
“estudie para que tenga dinero”, lo cual es también falso. Haber, levanten la mano los que hayan estudiado!!!, aja, los que hayan hacho un Magister, y los que tengan algún doctorado. Ahora respondan ¿tienen mucho dinero? NOOOOOOOOOO para nada, pues el estudiar no da dinero, esa es una motivación incorrecta. Ahora cuando usted le repite a su hijo esta falsa propuesta con falsas expectativas lo que graba en la mente del niño no es el deseo por estudiar sino por el dinero, pero cuando este niño llega a la adolescencia y se da cuenta de que los estudios no dan dinero, que las maestras andan pelando, que todos los que han estudiado siempre andan sin plata, y que lo que da dinero en meterse a “Rápido y Furioso” ¿Qué cree usted que hará el joven? Por supuesto!!!!

Abandonará los estudios.

Así que, Nunca estudie por dinero, estudie por pasión.
Otra cosa a la que hice referencia en el escrito anterior fue a la edad. Con mucha frecuencia veo a estos adultos que ya a los 40 ó 50 años se sienten ancianos, los reconoces no por su piel arrugada ni por sus canas sino por su mente cansada o estancada “¿para qué voy a estudiar? Ya yo no voy a lograr más nada”. Estas son frases muy frecuentes en ellos. Por supuesto los próximos 20 años de esta persona trataran de vivirlo a expensas de los otros, quizás no económicamente, pero sí emocionalmente. Viven de los sueños, éxitos y logros de los hijos y familiares, pues ellos no tienen un sueño propio.

Un error básico que he visto en algunos casos son el de aquellos buenos hijos quienes sus padres levantaron con mucho esfuerzo, estos hijos al graduar o tener una buena posición económica no quieren que sus padres trabajen más lo cual es un error grandísimo pues la persona ociosa se seca física, mental y espiritualmente, no digo que siga partiéndose el lomo, pero recomendaría un cambio a otro oficio que le permitiera sentir pasión de vivir.

Tienes 50, te quedan 20 o a lo sumo 30 años ¿Qué puedes lograr? Has un plan que te permita en los próximos 10 años trabajar duro, los otros 10 años trabajar suave y los próximos 10 años asesorar a todos los que quieran imitar tu éxito.
Ahora, supongamos que tienes tu sueño escrito, y que ya lo pasaste por el filtro de la persona que más te ama y que más cree en ti. Esa persona te dijo “tu estás loco, eso es imposible de lograr”, y tu dijiste, “voy por buen camino”.

Comienza ahora a enlistar cosas que debes hacer desde ya para hacer tu sueño realidad. No importa el orden, solo escribe tu lista, no pares. Luego trata de darle un orden lógico a esa lista, colocando en orden que es lo primero que debes hacer y así hasta lograr ordenar todo. Luego esparce esa lista entre los años que te quedan por vivir, y comienza a trabajar en ello.

En el principio parecerá inmenso, difícil y eterno, pero te aseguro que poco a poco iras tomándole el pulso al asunto. Ahora, será importante de rodearte de aquellos quienes tengan sueños atrevidos como tu, no cuentes ni pidas opinión a los mediocres ellos no te entenderán y por el contrario, cuando trates de volar ellos se colgaran en las alas de tus sueños para impedir que lo logres. Muchos por envidia, pero otros por miedo a que te lastimes.

dejemoslo por ahora hasta aqui, y esperen la tercera y última entrega. muchas bendiciones
soy el pastor Franklin Diaz y estoy a sus órdenes

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