En muchas ocasiones hemos escuchado decir esto, y lo usamos arbitrariamente para "aconsejar la no disolución de un matrimonio" pero, ¿cual es la garantía de que un matrimonio sea unido por Dios? ésta en realidad debería ser la pregunta a responder. Pues a mi parecer muchos de los matrimonios actuales se han unido por la pura voluntad humana, quizá por puro deseo sexual, o por necesidad de huir de la familia paterna, o por la necesidad económica, pero no por Dios.
Entonces, ¿que se podría esperar de un matrimonio unido por las motivaciones incorrectas? lógico, un desempeño incorrecto, e insostenible, el cual solo podría salvarse si y solo si en cada uno de los conyuges acontece un milagro, de lo contrario el divorcio es lo más probable.
Pero ¿que debemos hacer? existen dos campos de trabajo a tomar en cuenta. el primero será iniciar un programa de rescate de matrimonios enseñándoles el porque su matrimonio no funciona y darles las herramientas para salir adelante. el segundo es iniciar un trabajo con la juventud en asesoría prematrimonial para que ellos aprendan a escoger a sus parejas y a llevar un noviazgo bendecido por Dios, para luego determinar si están capacitados para matrimoniarse de modo tal que si puedan decir con propiedad. "lo que Dios unió no lo separe el hombre"
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